Este viernes recibió su diploma del manos del alcalde, Jesús María Aramberri, en coincidencia además con el nonagésimo cumpleaños del empresario. Alonso acudió a su pueblo natal con su familia y de algunos de los trabajadores que le acompañaron durante su trayectoria. La celebración tuvo lugar en entorno de la capilla de la Vilga, donde realizó un emocionado agradecimeinto lleno de recuerdos.

Hubo hasta intervenciones musicales, a cargo de la soprano Carmen Bocanegra y del Ochote de Campoo, dirigido por José Luis Zamanillo, a las que siguió un distendido vino español con el que Arija rindió homenaje a su vecino más destacado que, aunque desarrolló su actividiad empresarial en Avilés, nunca olvidó sus orígenes.

El drama de Arija llegó con la construcción del embalse del Ebro, que inundó la localidad y obligó a cerrar la fábrica que allí tenía Cristalería Española. Aquellos trabajadores se trasladaron en su mayoría a Avilés, a la planta que se acababa de abrir en La Maruca.

Un joven Daniel Alonso comenzó a trabajar entonces como aprendiz en la compañía y pronto adquirió la categoría de oficial de primera calderero. No se conformaba con cumplir sus turnos, sino que fuera de su horario laboral también empezó a realizar trabajos por su cuenta en una nave del barrio. Ese fue el germen de lo que hoy es el grupo Daniel Alonso.

Fue en 1957, cinco años después de haber llegado a Avilés, cuando fundó su primera sociedad, Danima, que fabricaba cajas metálicas para camiones. A partir de ahí, fue creciendo y entrando en nuevos sectores, hasta contruir casi un imperio y empresas líderes internacionalmente. El de ayer fue uno de los homenajes más personales, pero no ha sido el único. Ha sido premiado por LA VOZ DE AVILÉS, El COMERCIO y FADE entre otros organismos, y ha recibido la Medalla de Oro la mérito en el trabajo.